Encargado por la BoCA, este proyecto junta a Niño de Elche — figura impar de la escena musical y performativa española, de identidad “ex-flamenca” — y a Pedro G. Romero — artista visual e investigador, Premio Nacional de Artes Plásticas de España de 2024 — alrededor de un proyecto con dos formatos: la conferencia-performance, de Pedro G. Romero, y el espectáculo con Niño de Elche y músicos populares de la raya ibérica. En un tiempo en el que la cultura popular todavía lleva los rasgos de su instrumentalización por las dictaduras ibéricas, este proyecto recupera su vocación original: mestiza, fluida, permeable al otro. A lo largo de un período de búsqueda y creación en el terreno fronterizo ibérico entre Portugal y España, Pedro G. Romero y Niño de Elche han buscado activar prácticas de colaboración que desafían las formas cristalizadas de la tradición, exponiendo su fricción con el presente, y que los ha transportado desde el fandango hasta el tango portugués o de la viola campaniça a la liturgia sefardí. Más que colección o reinterpretación, este proyecto colaborativo propone un gesto artístico y político: devolverle a la cultura popular su potencial de mestizaje, conflicto y reinvención.
En la región que separa -o une- el sur de Portugal, Huelva y Extremadura, el sonido actúa como nexo entre geografías e historias. Allí se puede escuchar el cante alentejano con sus violas campaniças, el fandango cané de Alosno cantado por grupos de hombres sobre el rasgueo incesante de guitarras, o incluso los tangos y jaleos luso-extremeños transmitidos por comunidades gitanas. Es en este territorio permeable donde Niño de Elche y Pedro G. Romero desarrollan el concierto-espectáculo “El Cante Rasgueado”, basado en un proceso de investigación de campo con músicos e historiadores locales. Más que recopilar o documentar, la propuesta es un gesto de reinvención: cartografiar las líneas de continuidad y fricción entre las manifestaciones populares que conviven en la frontera ibérica, abriendo espacio a nuevas formas de escucha, apropiación y encuentro.
En este contexto, cantar o rasgar no son sólo gestos técnicos o expresivos: son actos colectivos, formas de estar con otros. Desde esta premisa, Niño de Elche y Pedro G. Romero reactivan el potencial comunitario de la cultura popular, rechazando lecturas folclóricas o cristalizadas, presentando un concierto inédito con la colaboración de músicos que desafían las formas cristalizadas de la tradición, exponiendo su fricción con el presente.
