Durante dos días, Elena Córdoba invita a los participantes a centrarse en un elemento a menudo invisible pero esencial: el calor. El calor como movimiento primario de la vida. Como un lenguaje silencioso. Producido y disipado continuamente -por la piel, por la respiración, por el cabello- el calor se explora aquí como materia coreográfica y medio de relación.
Con una voz única en la danza contemporánea española, la bailarina y coreógrafa madrileña Elena Córdoba ha desarrollado durante décadas una aproximación a los límites del cuerpo y de la vida, explorando incisivamente la anatomía y la degradación de la materia viva. Para ella, la anatomía no es un ejercicio técnico o médico, sino un camino poético hacia el conocimiento: un gesto atento que se acerca al cuerpo con curiosidad, cuidado e imaginación.
¿Y si el calor que emitimos fuera visible? ¿Y si pudiera extender nuestros cuerpos hasta convertirlos en éter? En este taller se imagina un espacio donde el aire se convierte en tejido común y los cuerpos se entienden no a través de las palabras, sino de la temperatura que comparten. Un entorno donde las fronteras entre “yo” y “tú” se difuminan, y el tacto tiene lugar a distancia, a través de la densidad sensible del espacio.
El laboratorio “Anatomía poética” propone una disección del cuerpo vivo, una escucha microscópica de sus movimientos internos, una inmersión en lo invisible como lugar de creación. Una invitación a percibir el cuerpo como un paisaje en combustión, donde el calor es a la vez materia y metáfora de las relaciones.
Biografía
Elena Córdoba nació en Madrid en 1961. Es bailarina. Su trabajo se ha construido a través de la observación minuciosa del cuerpo, centro de todas sus preocupaciones. Su trabajo se basa en la atención al detalle, en la mirada atenta al acontecimiento. Con el tiempo, ese acontecimiento se ha ido haciendo cada vez más pequeño, más fragmentado, hasta desembocar en un espacio diferenciado entre el cuerpo y lo físico, entre el cuerpo y lo que le rodea, lo que le rodea.