Deborah Krystall es una figura imprescindible del transformismo en Portugal. Alter ego de Fernando Santos, director artístico y performer del emblemático Finalmente Club, ha dado forma a su principio fundamental: “pueden llamarlo locura, pero creemos que lo que hacemos es cultura”.

Su trayectoria es inseparable de la historia reciente de la escena queer lisboeta. Tras el 25 de abril de 1974, el transformismo salió del carnaval, del teatro y de las fiestas privadas para afirmarse como espectáculo público. En ese contexto, Deborah Krystall consolidó un trabajo riguroso y autoral. Junto a su equipo, impuso reglas de calidad y estructura en los espectáculos, insistiendo en la distinción entre el personaje en escena y la vida personal de los artistas. El objetivo era claro: ser reconocido como arte, y no como marginalidad.

Con Romi Ibérica, la performer nos conduce en un viaje sensorial por las raíces musicales de la Península Ibérica. Entre la gracia y el engaño, entre el destino fadista y la libertad gitana, la performance transforma el escenario en territorio mestizo, donde la música se convierte en gesto teatral. Acompañada por un bailarín invitado, Deborah Krystall convoca la intensidad del cuerpo en movimiento, prolongando en la danza el vibrato de cada canción.